El maratonista marplatense Manuel Méndez quien participo días atrás del Spartathlon 2009 nos relata aquí una cruda crónica de la experiencia vivida..
Luego de la fallida incursión del 2007, a pocas horas de aquel intento decidí presentarme en la línea de partida hacia Esparta. Es difícil explicar lo que me genera esta carrera, no se si alcanzar una nueva distancia, superar mis limites mantener la motivación encendida, lograr andar la senda de Filípides, la atracción que me genera la historia griega de la época de las Guerras Medicas, una mezcla de todo ello , o es que estoy loco.
La cuestión es que hay que ser muy terco para ir, muy cabeza dura. Ajuste la clavijas lo mas que pude en esta oportunidad: Primero y básico, ya sabia que iba, a que me enfrentaría: a algo criminal. Bien, también hice mucho más fondo que la vez anterior, o entrene mas, ya que la inoportuna lesión de la rodilla dos años antes me lo había impedido. El terreno donde entrene (Sierra de los Padres) es más duro que la costa de la Ciudad. Comí durante los entrenos, tome tambiénla cabeza fue más sólida, mas enfocada y con algunos temas resueltos que antes pesaban.
Corregí otro error, viaje varios días antes de la carrera para acomodar el sueño. En 2007 cai el miércoles tarde y la noche anterior de la carrera estaba con los ojos como dos huevos fritos.
La partida: el 19 de Setiembre, llegue a Atenas a la medianoche, no había llegado ningún corredor, me apersone en el Hotel London (Sede de la organización del evento) y me quede dos días ahí. Esto es Glyfada, suburbio coqueto de Atenas. Dos días sin pena ni gloria, extrañando ya que estaba solo, conectado a Internet para no suicidarme.
Miércoles, comienzan a llegar los atletas. Tremendas caras de locos de todo el mundo: Los del norte de Europa, vikingos noruegos, pelo largo y bigote peinado, los del este; húngaros, polacos, estonios cara de duros e inmutables; los del otro lado del mundo: orientales, japoneses, coreanos, la delegación más numerosa, muy simpáticos en general resto de Europa, franceses, alemanes (parcos, cara de nada) y resto del mundo ( nuestros amigos del Mercosur Brasil y Argentina, mas Méjico y alguno más disperso).
Todos los días hacia un trote costero, parecía que los cuádriceps me pesaban ocho toneladas cada uno, debería ser por lo que Ramiro denomina Castofia. Cae el Fabián (EEE), que es bueno, a acompañarme en la logística de esta canallada. Me sentí más tranquilo al estar con mi compañero.
Reunión técnica en griego/japonés e ingles. El hall del Hotel London repleto (repleto de olor a chivo y a aceite verde, hacía un calor.).Llega Mark y Vicente, amigos de España y Méjico. El circo estaba completo. Por ahí se lo veía a Kurilo y a Lukas, animadores de las ediciones. Por ahí también se escuchan las primeras leyendas negrasque Thalmann se hace transfusiones de sangre la noche anterior porque es medico.de todo.
Jueves a la noche, nos fuimos a comer fuera del Hotel con Fabián, Mark, Vicente, Luis (otro amigo mejicano) y el amigo de Mark, José que le venía de soporte, bombero de Málaga.
Mientras Fabián ese día recorría la Acrópolis (a la que definía académicamente como un conjunto de piedras), yo retire el auto que alquilamos y me hacia la cabeza.
Viernes, 5 AM: a levantarse, VAGOS!, nos fuimos a desayunar como si fuera el ultimo día. De ahí a cargar las cosas, buscar el auto, últimos chequeos, poner la identificación oficial al auto, el numero a la remera de competencia y a buscar los Micros rumbo a la largada en la Acrópolis.
6:30 AM, ya en la línea de largada, Fabián con un record de 17 semáforos en rojo por Atenas siguiendo a nuestro colectivo. Bien. Fotos de rigor, la previa. Como en el 2007 debo ir al baño.dejando mis huellas cerca de tan sagrado terreno (no fui el único ni mucho menos).
7 AM: Largaron y PUM! Ahí van los atletas! 380 locos de mierda dispuestos a desafiar la geografía griega, sabedores que por regla no escrita llega solo el 30 %. Entre ellos se destacaban 74 japoneses, cuarenta y pico alemanes, treinta y pico franceses y griegos, otros tantos de Italia, húngaros, muchos polacos, y 6 Mercosur (Argentina y Brasil.en realidad éramos 3 y 3, pero en bloque parecíamos mas).Desde el primer momento me ocupe de no cometer un gran error del 2007, salir muy rápido. Me lo tome con calma, trote, miraba Atenas, disfrutaba los caminos. Eso sí, los animales de los conductores te pasaban con el espejo retrovisor rozando los codosmanejan como bestias, gritan, hablan por celular, no respetan las señales, en fin. Recuerdo mi primer mirada al costado, un japonés que me sonríeiba con un MP3, cosa que está prohibida, lo miro con mi peor cara de ojete.
Transcurren los primeros puestos, recuerdo pasar los 20 K en 1 h. 53 m, en posición ciento y pico. De a poquito vamos dejando atrás Atenas, y pasamos por la parte fea del circuito, cerca del puerto y de instalaciones de una planta de gas (creo), feo, mucho humo de colectivos, etc. Me impresionaba ver la cantidad de gente afectada a la organización de la prueba. Claro, sino estos animales nos pasan por encima. Recuerdo haberme dado cuenta de dos gordos y que uno le decía al otro que corríamos hasta Esparta y el otro se cagaba de risagordo bolsa de tejido adiposo. Allá íbamos. Luego
de los 30 K viene toda una zona de subidas fuertes y se comienza a bordear el Egeo, pasamos la Maratón en 3 hs. 53 m.
Para esto me hago amigo de un ocasional compañero de ruta, un italiano de Milán, con el dorsal 100, que decía que estábamos locos ( ahora te das cuenta ???), y decía Aryentino loco, Italiano loco. Para esto no veía a Fabiánclaro, el muy cabrón estaba bañándose en pelotas en las ocasionales playas turquesas..
Queda atrás el italiano, me siento bien y me voy encontrando que se van cayendo los de adelante, y quedo dentro de los 70 primeros. Busco el Km. 60 de carrera, llego muy bien y recuerdo el lugar donde abandone en el 2007, me dejo una flor a mis restos de ese año y sigo. Encuentro a nuestro amigo Luis de Méjico. Iba adelante, bien, charlando me cuenta de su experiencia de carreras de 100 millas, de sus 5 incursiones en Des Sables, etc. Gente muy interesante y pintoresca.
Km. 70, y alarma. Me da un bajón fuerte, me cuesta recuperarme. Hacía calor, el pronóstico había mencionado lluvias y tormentas en toda la carreralas pelotas, caía un sol duro y cielo despejado, putee a los griegos hasta en arameo. Evidentemente me fui deshidratando, pues para variar, el agua y las bebidas de los puestos estaban..CALIENTE. Por supuesto, no había hielo. Trato de zafar de la situación buscando el primer puesto importante de abastecimiento y en donde se podía recibir asistencia externa: Corinto en el Km. 81. Recuerdo haber visto un par de veces a Fabián, nada en particular, solo recuerdo sus lentes negros
Llegar a Corinto me costo. Esa puta recta de más de 1,5 km. En subida fue eterna. La cosa no venía bien. Llego en 7 hs. 53 m, en el puesto 50 aprox., rápido. Me preocupaba mi situación. Las piernas me dolían también, los cuádriceps, y en los últimos km. Los gemelos amagaban con calambres. Que había