Aquí va el relato de la experiencia vivida por cuatro escaladores vascos que el pasado 12 de octubre conquistaron el pico más alto de Europa Occidental…
El Mont Blanc es el punto culminante y cumbre emblemática de los Alpes y uno de los picos más conocidos del mundo. Tiene una altura oficial de 4.808 metros, y es el más alto de la Europa Occidental (el pico más alto de Europa es el Elbrus con 5.642 m).
Todo Comenzó el pasado viernes, 12 de octubre, cuando Josune y Rikar pusieron rumbo a Chamonix (población 10.614 habitantes, situada al pie del Mont Blanc). Por el camino recogieron a Manu Córdoba y ya en el destino se unió Edu González.
Desde allí partieron al teleférico de la Aiguille Du Midi para extender los sacos a las cuatro de la tarde en el vivac de la Fourche, encima de la pared de cien metros. Estaba lleno de gente, nosotros intentamos dormir unas horas para realizar de madrugada la escalada, señala Josune todavía emocionada. Pisar por los lugares en los que han estado los pioneros del alpinismo a los que tantas horas has dedicado y de los que tanto has leído es emocionante, explica.
Y no es para menos. A las 00.00 horas emprendían los cuatro escaladores la marcha para rapelar hasta el pie de la vía. Primero desde la barandilla del refugio hasta el glaciar. Después al Moore donde otros tres rápeles los situó en la Brenva (glaciar). Es un lugar muy peligroso: escupe mucha roca. Era de noche y corrimos todo lo que pudimos.
Habían llegado a la base. Empezaba la subida turnándose en largos de 120 metros. Aunque subíamos alumbrados por las frontales pasamos muy bien este difícil tramo vertical de hielo (en libre) que nos llevaba a una goulotte (boca) preciosa y bastante vertical. Unos largos más nos transportaron a donde Boivin y Vallencant, en los setenta, abrieron una variante lógica hacia la derecha que conectaba de una manera más directa las goulottes finales de la vía. Allí encontramos una travesía mixta delicada y otro tramo de hielo duro y negro mas delicado aún, que nos dejaron en la parte alta antes de acceder al ultimo nevero de 200 metros donde acaba la vía, pero no la ascensión!, relata. Una escalada dura y técnica que Josune ya había probado este verano en Ordesa y a la que dedica ahora todos sus entrenamientos. Ha sido como volver a empezar de nuevo, cuántas emociones nuevas.
La vía marcaba A1 por roca y 90 por el hielo. Doce horas después habían ascendido 900 metros de pared y les quedaban otras 12 de alpinismo. Al sol les esperaban, con el Pilar del Freney justo enfrente, Manu y Eduardo. La fina y expuesta arista nos resultó más dura de lo esperado, hielo negro a veces y muy descuartizado otras, tapizado con nieve… en fin, más complicado de lo que pensamos todos. Hacia las 20:00 horas, ya de noche, sin proponérnoslo, siguiendo una huella para encontrar la bajada, llegamos a la cima del Mont Blanc!
En Vallot (refugio) dieron por terminada la aventura, cuando ya solo les quedaba fuerzas para derretir hielo y tomarse una infusión. Eso sí, todavía tenían que caminar 3.000 metros de desnivel hasta el autobús que les llevara a Chamonix y donde brindaron por la escalada.
Texto: Iñaki Makazaga
Fotos: Barrabes