El abuelo de Potrerillos

Se trata de Pedro Bulfaro, padre de dos hijos y abuelo de cuatro nietos. Es el deportista con más edad del Mundial de Windsurf que se disputa en Mendoza. Después de tres bypass cardíacos y dos angioplastías, compite por «placer»
Pedro Bulfaro está último en el mundial de windsurf, especialidad raceboard, que incluye la clase olímpica RS:X que se realiza en el Dique Potrerillos de la provincia de Mendoza.

Bulfaro, fabricante de muebles, nació en la Capital Federal y a los 18 años, después de haber trabajado en San Luis, fue con su hermano a conocer Mendoza y terminó radicándose en Godoy Cruz, en las afueras de la capital.

«Hace 30 años un amigo me invitó al Dique El Carrizal, ubicado al sur de la ciudad, y me enamoré del lugar. Me hice socio del Club Las Heras, que está ahí. Me ofrecieron un bungalow donde guardaban las lanchas, que convertí en mi casa, y empecé a ir todos los fines de semana», le recordó Bulfaro a Télam.

«Hice un proyecto y se lo presenté a los dirigentes: modificar un cerro para tener caminos más accesibles, patios, bajadas para las lanchas y un murallón para que el agua no comiera la costa. Lo aceptaron y aplanamos el lugar con una topadora», contó.

Bulfaro se compró entonces dos embarcaciones: una balsa y una lancha «para poder disfrutar de la pesca», aprendió a practicar esquí acuático con sus hijos, pero lo que realmente le llamó la atención fue ver a windsurfistas en el Dique.

«Y quise probar», cuenta Bulfaro. «Fui a la capital mendocina a comprar una tabla que me llevé a unas vacaciones a Mar del Plata, donde en la inauguración del complejo de Punta Mogotes, en el que había un lago, un grupo de personas las alquilaban.

Desde entonces, cuando salía de vacaciones llegué a rogar para que hubiera viento», relata.

Al regreso de ese viaje se asoció al Yacht Club de Mendoza, empezó a competir, fue uno de los fundadores de la Asociación Mendocina de Windsurf (AMW), de la que fue vocal, y al poco tiempo, a los 56 años, tuvo un problema cardíaco.

«Iba a esquiar y me tomó en el ómnibus. Me vio un médico, que me dijo que era un preinfarto, y después, en Buenos Aires me hicieron tres bypass. A los dos meses estaba arriba de la tabla otra vez y así estuve durante quince años, disfrutando del windsurf».

Hace cuatro años a Bulfaro le colocaron un sten debido a que se le tapó un bypass y en enero de este año le hicieron dos angioplastías.

«Pero al mes otra vez estaba arriba de las tablas», recordó Bulfaro, quien sostiene que compite «por placer. Es como hablar con el viento, el agua y la vela», testificó .

Fuente: Infobae

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